Yo conocí a Doctor Deseo allá por el 1995, cuando ellos ya tenían una trayectoria consolidada y yo solo era un pipiolo. Los descubrí gracias a la radio, a una emisora tan poco comercial como era, y es, Hala Bedi Irratia. Allí escuchaba de vez en cuando un tema que en el estribillo repetía “Fugitivos del Paraíso” y que, a mí que con mis 15 años se me había despertado la vena rojilla y social, me hablaba de muchas cosas que m creaban inquietudes. Si e esto le sumas el ritmazo de la canción pues era lo que necesitaba, juerga y algo que me diera que pensar… El problema era que nunca decían quien interpretaba la canción…
Un poco más tarde empezaron a radiar, yo juraría q la escuche hasta en los 40 principales, “gotas de dolor…”, supe que se llamaban doctor deseo y ya me pareció impresionante! YO TENIA QUE SEGUIR ESCUCHANDO! Y empecé a preguntar si alguien los conocía, pero en mi círculo no se llevaba nada lo de la música comprometida y con mensaje, a no ser que el mensaje fuera en morse: pum, pum, pum. Pumpumpumpumpun, y cosas así…
Y llego el momento más crítico de mi vida… Con 17 años tuve un accidente que me obligo a una detención preventiva de 12 días en la UVI y una condena de 9 meses en un hospital de Toledo, ya veis con dispersión y todo…
Pues ahí fue, en la UVI, donde descubrí todo el oscuro esplendor de las letras de Francis y la atmosfera de adictiva angustia de la banda, menudo un sitio, eh! Y en mi cama de la UVI escuche “a mi pequeña María”, “Alicia en Bilbao" y otras tantas que dieron alas a mi imaginación y me hacían salir de mi encierro… Fue también durante esos diez días que pedí que me compraran el primer Casete! De doctor deseo, el del 87!
Esos 10 días sin poder hablar y sus 10 noches sin apenas dormir se volvieron más soportables gracias a la música y gran parte se lo tengo que agradecer a a doctor deseo.
Mucho escuche “gotas de dolor…” durante aquellos 9 meses en Toledo y le di mi propio sentido a las letras… Pase muchas “Putas noches”, Para mí el final de algo fue en julio y no en septiembre, pero también derramamos “gotas de dolor” y pisamos “charcos de olvido”… y cada domingo de visita se convertía en un “Ultimo Vis a Vis” que apurábamos también torpemente… Menos mal que entre tanta mierda y tanta mala hostia también hubo “Islas de Cielo”, y junto al resto de “reclusos”, entonamos “Canciones de Piratas”… Creo en algún momento la angustia de doctor deseo me libero de la mía y me alejo de la locura…
Y volví… bueno, volvió una persona diferente, y no me refiero a mi discapacidad, sino a la experiencia, la madurez, la visión del mundo, del dolor, de la felicidad, del deseo… y volvió un fan incondicional, que siente las letras y la música de doctor deseo en sus venas, que ha asistido a innumerables conciertos y que cuenta con doctor deseo como una parte imborrable e insustituible de su vida…
Por poner la banda sonora a todo lo bueno y a todo lo malo.
GRACIAS, MILESKER Doctor Deseo!
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