Llegó por fin el 5 de Enero y salté de la cama al despertar como un niño el día de Navidad.
Contenta por lo que me esperaba al final del día, la sonrisa y el buen humor me acompañaron toda la jornada, al igual que una sensación de nervios e impaciencia.
Nos asomamos por Santana 27 pasadas las 23pm y una vez dentro recogemos regalos y rápido a coger sitio a las primeras filas.
Empieza por fin el concierto (lo que yo a posteriori calificaría de "fiestón"). Francias saluda y comienza a entonar "Una mirada distinta" para darnos a todos la bienvenida a su particular "Cabalgata del deseo". Tras ella le siguen algunos temas del último disco, repaso y resumen de toda la gira de 2016 de "Igual y diferente. Una mirada distinta".
Las endorfinas se iban desatando y el concierto avanzaba destapando alguna de las sorpresas prometidas. Es el caso del pianista Karlos Giménez, hermano de nuestro bajista, Joxi, que apareció para deleitarnos con su buen hacer al piano, regalándonos junto con Francis "Un mar en medio", pieza que no es habitual en los directos y que supo a gloria. Eskerrik asko Karlos!
La fiesta avanzaba, sonaban canciones de trabajos anteriores y la temperatura iba subiendo.
Y en medio del calor entró en escena otra de las sorpresas de la noche, el MC Kloy, recorriéndo el escenario improvisando versos, al tiempo que Francis alentaba al público para que acompañase al artista. Momentazo donde los haya que hizo que nos sintieramos protagonistas de la mismísima "8 Millas".
Pero no acababan ahí las sorpresas: aún faltaban las Tea Party, entre otros. Aparecieron en escena aportando su toque personal en, por ejemplo, "De chocolate y vainilla", fusionandose DJs y Doctores en un resultado final excelente.
Con el show a punto de entrar en su tramo final, Niko Brochado, guitarrista miembro del grupo en tiempos de "Fugitivos del paraíso" se unió al resto de los componentes actuales de la banda aportando otra guitarra mas en el escenario. Poquito después hizo lo propio Félix Landa y al bajo el mánager del grupo, Asier Garai Kiriketa. Escenario repleto para ir finalizando las tres horas de espectáculo que tanto nos hicieron disfrutar.
Llegó el final del concierto, aplausos, gestos de agradecimiento y despedidas.
Otra vez toca contar los días que faltan para el nuevo disco en 2018.
Cierro los ojos y les deseo lo mejor.
Y por supuesto y una vez más, puedo decir orgullosa que sí, que yo estuve allí en aquella mágica noche del deseo.
