Autor Tema: Suspiro, conspiro. Respiro, me inspiro. Luego gimo.  (Leído 2569 veces)

gazza

  • Newbie
  • *
  • Mensajes: 29
    • Ver Perfil
Suspiro, conspiro. Respiro, me inspiro. Luego gimo.
« en: Julio 07, 2012, 01:30:48 pm »
http://www.youtube.com/watch?v=fYthEf_uOqg

¡Cuántas cosas hago en un instante!

Yo me lo guiso, yo me lo como, este desaguisado que, de tan caliente, huele a quemado.

“A los chicos… Probad. A los que sois heterosexuales… Probad. Primero con el dedito y luego un poquito más”. Luego ponle un poquito de zanahoria, o si quieres de corazón, con sus ventrículos y todo… Y fóllame, amor. Pero hazlo como si fuera yo.

Verás… Yo me lo sé hacer muy bien, pero te necesito. Tengo un –no sé si- gran vacío. "Y eso es todo amigos", que diría el conejo.

Pero yo digo más. Te digo que cuando no seas mi guionista y yo sea el personaje que nunca sale pero siempre está presente; cuando no seas mi director y me ordenes cuando caigo en el caos; cuando marques el “corten, apaga y vámonos”…  Entonces… Entonces, nos vayamos. Porque qué es este acto si no es eso: en este instante me abandono, me voy, de mi cuerpo al tuyo,  compañero de rodaje. Me voy y no me guardo nada para la vuelta. Y así acabaré agotándome.

Mi cine tiene muchas equis que me sacan de mis casillas y, sin embargo, no haré mucha taquilla, pues solo estás tú de espectador. He encendido el proyector, vente al escenario. Doctor deseo, ha montado una cama giratoria en la que marearnos y un látigo con el que domarnos cuando nos convirtamos en salvajes. Claqueta y ¡acción!

Algún Coelho, algún Bucay… algún místico, te venderá que cuando te (a)sientas en Amorado, no existen necesidades. Yo tengo alma de bucanero y asalto de mata voy ganándome la vida, y me siento en ninguna parte, salvo cuando me siento en ti. Y entonces, todo arde. No tengo dueño, ni patria, ni consuelo, pero te necesito, compañero, cómplice de fechorías.  Tengo una necesidad básica que satisfacer: tengo demasiado por ofrecer. Te has perdido tantas cosas buenas por cobarde, que ahora me he propuesto hacerte valiente, para que nunca vuelvas a hacer “nada”, y aprendas a nadar. Es duro, porque iremos contracorriente. Aprenderemos a no hundirnos.

¿Y por qué? Porque aun en este lugar en que me hallo, tengo necesidades: Quiero más de tu piel para mis historias de cartografías imposibles, quiero más de tus ojos para mis letras y más de tu risa para mis gracias. Más de tus sentidos para mis deseos. Más de ti es lo que quiero. Quiero suspirar y conspirar…  Déjate de costumbres suicidas, vivamos “la eternidad de este instante”.

La inercia lleva a mil parejas en este instante a echar el polvo de la semana, la corriente lleva a mil buscadores de noséqué a buscar nosécuál porque para talycual, pascual sirve cualquiera. Pero en otras historias, otros personajes, le echan magia a la rutina. Esos son los que me apasionan.

Tú y yo, a esta hora, nos damos la espalda y el corazón, sin despechos quedamos en mitad de la noche, en mitad de la luna, en mitad del mar, en mitad del sueño… Y provocamos un incendio.

Y después… Después, bésame  anda… bésame mucho, que yo sí tengo mi edo. Estoy alcanzando la eternidad en este instante y quiero, al abrir los ojos, encontrarte. Y de nuevo… Comenzar, pero contigo.

PS: lo que me gusta de doctor deseo y le agradezco: que "no hay que dar ninguna talla", y sin complejos se pueden disfrutar las locuras.
« Última modificación: Julio 07, 2012, 01:44:34 pm por empalmaogozo »
nln:me cuesta mantenerte la mirada cuando lo hacemos.