Es lo que tiene ser novatilla, que todo el mundo se aprovecha sexualmente, pero ya os tocará también guiar a algún novatillo en los ritos de iniciación. De hecho aún recuerdo allá por los 90, cuando entré yo, que verme en esa situación de sumisión absoluta me daba muchísimo morbo, pensando en lo qué no iba a hacer yo con los nuevos iniciados. Aixxx, que terrible fue mi venganza. Igual me pasé un poco, pero anda que no disfrutaste Perdedor. Y lo que vas a disfrutar ahora resarciéndote, con las ganas que tienes de usar el cinturón...
Joder, qué nostalgia. Qué recuerdos me vienen ahora. Qué tiempos aquellos en los que no conocíamos bien el tema de los lubricantes. Qué burros éramos. Y cómo transformábamos lo vulgar en algo selecto y refinado. Ir a comer a un portal, ver una película en un cuaderno, leer un cuento en un fotomatón, dejar plantado el deseo y regar el odio, acercarnos al aquarium para en pezar en la PC-ra, con la pez taña del chat abierta, ensuciarnos en la ducha, buscar nuestra estrella sin mirar al cielo y nadar en el desierto.
Hostia. Me acabo de dar cuenta que ahora para ver una peli vamos al cine. Para comer vamos al restaurante. Para buscar la luna miramos al cielo. Meamos en el baño. Bebemos en el bar. Y lo peor de todo es que follamos en la cama.
No llevo muy bien el cambio que ha hecho DD de mariconas a gays. Pero joder, música en un teatro. Es un cambio. Radical. Original. Soy yo el que se ha vuelto repetitivo y vulgar.
Llévame hoy al cine, que no quiero prestar atención a la película. Llévame al paseo, que no vamos a caminar. Llévame al teatro, que vamos a bailar. Llévame a tomar el sol que hoy me voy a mojar. Y no... no me lleves a la cama hoy.