Hoy llegan los Reyes.
-Dracma de plata del Rey Azes II, Rey de los escitas, Pakistán (35-5 a.C.)
En el siglo 7 a.C. (fecha del nacimiento de Jesus) muchos fueron los Magos de Oriente que viajaron a Judea guiados por la Estrella de Belén. Tanto la palabra
magi en latín o
magous en griego significa sabio. Los Magos de Oriente eran sabios, seguramente muchos de ellos sacerdotes persas, que además eran astrónomos y astrólogos. Estudiaban las estrellas y su influencia en los acontecimientos entre humanos, es decir, eran videntes.
En el siglo 7 a.C. tuvo lugar una inusual conjunción de planetas, sólo identificable por sabios y astrónomos. Concretamente, fue una serie de tres conjunciones de los planetas Júpiter y Saturno, que se conjuntaron tres veces en el plazo de varios meses en la constelación de Piscis, un signo asociado con Israel y con los cristianos, que escogieron este símbolo como contraseña durante la persecución romana, porque la palabra pez, en griego IXTHUS, lleva las iniciales de Jesucristo hijo de Dios Salvador.
Hay que tener en cuenta que la Estrella de Belén, no era en sí una estrella, ya que
stela también significa conjunción, que es una tradución más correcta, pues estrella sería
stela cometa. Por lo tanto, hablamos de la Conjunción de Belén, la de los planetas Júpiter y Saturno, que al estar muy cerca el uno del otro producirían un intenso brillo. Lo que llevó a los Magos, que también eran conocedores de los textos sagrados de los profetas hebreos, a relacionar la conjunción Júpiter- Saturno con la profecía de Miqueas (profeta menor), que decía, que el Mesías nacería en tierras de Judea, Belén.
Por eso muchos fueron los Magos de Oriente que fueron a adorar al niño, pero de todos ellos, sólo tres eran reyes. Uno de ellos fue Azes II, Rey de Escitia, que además de rey, era muy viajero y aficionado a la astronomía y astrología. Por eso en las monedas se le representa viajando a caballo y señalando al cielo, como siguiendo la Conjunción de Belén.
Yo nunca creí en los Reyes,
mis regalos los traía el carbonero,
pero hay un Rey que nos trae tiempo.
Tanto el incienso como la birra
se consumen muy rápido,
y el tiempo es oro.
No me he portado bien,
pero estas Navidades,
repito un regalo,
que pediría todos los años.
Mi carta y deseos al Rey, Azes,
que no sea tan difícil.
Azes,
que viaje a la fantasía,
Azes,
que ignore los peligros,
Azes,
que no tenga miedo.
Además, no estás sola,
te acompaña tu tribu
de sátiros y ninfas,
quizá un poco infantiles,
pero son la mejor infantería,
porque tú solo te rodeas
de los mejores.
Los mejores guerreros,
los escitas,
los mejores arqueros,
los escitas,
los mejores bebedores,
los escitas,
los mejores cantantes,
los escitas,
y los mejores poetas,
también los escitas.