Autor Tema: Para los que aúllan  (Leído 2242 veces)

nuka

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Para los que aúllan
« en: Noviembre 25, 2011, 07:36:43 pm »
Lobo de invierno, me gusta tu nick. Me ha despertado la fiera que llevo dentro, el predador que busca hambriento cualquie bocado que llevarse a la boca en el duro invierno. Incomprendido, superviviente. Buscando pisadas en la nieve, oliendo el miedo y sientiendo el hambre. No he podido evitar acordarme de un libro que me gustó mucho... Así que aullando o no, aquí escribo unas frases... especialmente para toda mi manada! aaaaaaauuuuuuuuUUUUuuu. Hace mucho que no lo hacía. Me he queado agusto después de este aullido mudo.

"Y mientras la observo buscarme siento en el pecho una urgencia que es como el hambre pero no está en el estómago. Es algo que siento siempre que me enfrento a estas criaturas. Una cosa que no comprendo pero que sé que me diferencia de otros seres vivos, me diferencia de los árboles y de la nieve, me hace más parecido al fuego, más parecido al otoño que al verano. Empieza así. Acaba de muchas maneras pero siempre empieza así y, audaz, sintiéndome parte del silencio del bosque, salgo de detrás del árbol donde me he escondido para encararme."

"Y me pregunto qué sentirá la bestia al mirarme a los ojos, poque yo sé de dónde vengo y lo que soy. porque soy un lobo, el que quita vidas: el predador. Ataco con los ojos abiertos y veo la muerte intensa y feroz en la mirada de mi presa. Yo soy el lobo, la sombra que trae la luz de la muerte, la vida que reparte libertad a los rebaños trabajadores y temerosos y pone fin al sufrimiento de sus miembros más débiles. He acompañado a muchos para escuchar sus últimos estertores, sujetarlos, abatirlos, desgarrarlos mientras gimen y pean por una vida de la que se han desentendido, que han olvidado vivir, para calentarlos y por fin despertarlos de nuevo entre las llamas de su final"

 "El lobo" de Joswph Smith

lobo de invierno

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Re: Para los que aúllan
« Respuesta #1 en: Noviembre 26, 2011, 10:22:07 am »
Me alegro de escuchar más aullidos en esta noche de nieve y luna sin estrellas.

Aunque condenados a recorrer sin compañía los senderos secretos de persecuciones e huidas, no estamos solos.

Ya era hora de que las fieras rompiéramos las cadenas y nos hiciéramos dueñas del bosque.

Sin más brújula que el deseo, sin más equipaje que nuestra piel, sin más sombra que la libertad...