Una pequeña botella en la playa atravesando los siete mares con un mensaje escrito al silencio, del capitán a su marinero: “Aún te sigo queriendo. Aunque no estés, estás” Habían pasado más de cien años. Un chaval la encontró en la arena. Dicen que estaba llorando cuando escribió un mensaje a la mar, al viento. “Hoy cumplo catorce años. Me siento una mujer. Mi cuerpo no me acompaña. ¡No sé qué hacer! Ojalá llegue pronto a tus manos. Ya no puedo más. ¡Estoy tan sola!”