La criada se acercó y con voz suave preguntó:
- Señora, tenga a bien que le pregunte por aquel hidalgo que una semana a dijo la llamaría.
- Más que hidalgo, feriante, muchacha, que el ropaje no hace al caballero y un sombrero de ala ancha no es exclusivo de la nobleza. Recuerda que con una joven doncella bajó por la cuesta de la judería, y saber debieras que el hombre recién enamorado, se abandona a las pasiones más terrenales, siendo mayor su interés por la alcoba que por sus obligaciones.
- Pero si le oí decir que...
- El pícaro rebusca, el mercader negocia y el buen amante se dedica, en cuerpo y alma, a colmar los caprichos de su amada, pecando contra la gracia de Dios y con la lujuria del mismísimo Satanás.
- Pobre muchacha... Acaso no atiende a razones para protegerse de ser mancillada por los brazos de un hombre antes de unirse en santo sacramento?? Quién es? A qué familia pertenece?
- Una joven lozana y vigorosa, del Reino de Navarra, que Dios guarde bajo mando del rey Felipe V. De modales refinados, y largos cabellos. Desconozco su linaje, pero no sería de extrañar que llegaran nuevas de un ajusticiamiento por reparar el honor de su familia. Ese hombre debiera caer bajo una daga por tales hechos acontecidos.
- Válgame Dios! Avisémosla entonces.
- No! Sea voluntad del Señor lo que suceda.
- Y la llamada?
- Dejémosla en.... llamada perdida.
Salud.